Iván García Pineda

Uno de los grandes desafíos para los municipios en México en materia de seguridad pública son los hechos delictivos. Por esta razón, los municipios tendrán que transitar de un modelo reactivo, centrado en la persecución y el castigo hacia un modelo preventivo basado en evitar las causas que los originan. Sin embargo, es necesario afrontarlo conjuntamente con la sociedad para revertir esta situación e ir devolviendo a la comunidad lo que le corresponde.

La experiencia ha demostrado que cualquier acción que se emprenda para prevenir la delincuencia y combatir el delito, no tendría éxito si no se cuenta con la participación de la ciudadanía, es por ello que, con un nuevo esquema, la formulación de programas y la realización de acciones del quehacer público, deben establecerse con la participación de la sociedad, con los delegados municipales y consejos de participación ciudadana.

La prevención del delito es parte fundamental de la estrategia de seguridad pública. Ahora, el combate al delito no sólo se enfrenta desde la parte punitiva y reactiva, sino desde el mismo entorno social, a través del análisis de los factores sociales, comunitarios y situacionales que inciden para que se cometan actos fuera de la ley.

Un ejemplo es Tenango del Valle, Estado de México, donde se está trabajando en un modelo de prevención; a través de impulsar la cultura de la legalidad y promover el Estado de derecho. El gobierno municipal, que encabeza el presidente municipal Roberto Bautista Arellano, se ha enfocado en generar confianza en la policía, con un mayor acercamiento y a través de pláticas, conferencias y talleres. Se busca impulsar un modelo de prevención ciudadana, donde todos los ciudadanos participen en la denuncia de incidentes delictivos o actos vandálicos que se cometen en el territorio tenanguense.

La problemática de seguridad que se padece denota, entre otros aspectos, el abandono de espacios públicos, la desintegración comunitaria, la desconfianza ciudadana hacia las autoridades, el incremento del consumo de drogas ilícitas y la ausencia de los valores cívicos.

Esta acción es un ejemplo de lo que los municipios deben integrar en sus planes municipales de desarrollo en cuanto a la Prevención del Delito y Combate a la Delincuencia para afrontar el fenómeno delictivo y los problemas de seguridad pública desde la perspectiva de la prevención del delito y la participación ciudadana.

Lo anterior, tiene el propósito de construir entornos seguros y devolver a la ciudadanía la confianza en sus instituciones públicas, para hacer un frente común y atacar los factores que originan la criminalidad.

A partir de estas ideas, es que se deben ejecutar renovadas acciones y estrategias con la sociedad, tanto en la prevención del delito, como en la vinculación y participación ciudadana.

En la lucha por prevenir integralmente el crimen en cada una de nuestras Delegaciones, en coordinación con las autoridades auxiliares, se promueve la formación de consejos de participación ciudadana, para aprovechar la cada vez más activa participación de sus actores sociales.

Buscando siempre estimular a la sociedad para que participe en las acciones que se llevan a cabo en conjunto entre sociedad y gobierno:

  • Dinamizar la participación de la sociedad en la formulación y ejecución de políticas de prevención. 
  • Actualizar, en congruencia con las tendencias modernas a nivel mundial, la investigación y la difusión de conocimientos sobre los fenómenos delictivos y sobre las mejores prácticas para prevenirlos. 
  • Promover en coordinación con las autoridades estatales y federales, las políticas públicas más eficaces en materia de prevención del delito y de fomento a la cultura de la legalidad.
  • Fortalecer el conocimiento y el respeto a los derechos humanos entre los funcionarios públicos del área de seguridad pública y poner énfasis en la protección de los derechos de las víctimas del delito.

En ese mismo orden de ideas es necesario promover la seguridad ciudadana, es decir que no sólo la policía esté vigilando lo que sucede en nuestro municipio; sino también impulsar la cultura de la denuncia y la prevención de los distintos tipos de violencia.

Impulsar campañas preventivas

Además de capacitación, los policías deben recibir cursos para atender las denuncias y sobre todo mejorar la relación entre ciudadanos y policías. Las campañas de concientización sobre la legalidad es un aspecto fundamental en la “cultura de la prevención”. Los gobiernos, generalmente, no invierten en programas de prevención debido a que esto no trae beneficios a corto plazo y el mensaje que más se premia ante la sociedad es el de la impartición inmediata de justicia, como:  las detenciones ante reflectores, los grandes operativos, las ruedas de prensa en las que se anuncia el abatimiento de los delincuentes; no así un programa de prevención, el cual dará frutos a largo plazo, pero creará sociedades más sustentables.

Es por ello que resulta trascendente que la prevención se eleva a rango constitucional, quedando plasmada en el “artículo 21” de nuestra Carta Magna: La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que nuestra Constitución señala.

Lo anterior es relevante porque obliga a los tres órdenes de gobierno a establecer políticas de prevención del delito, y no sólo como una acción unilateral, sino que se da a la sociedad un papel preponderante para lograr estos objetivos. En toda sociedad la prevención debe ser una prioridad en cualquier materia, desde la salud hasta los desastres naturales ya que, al final, si se quiere ver en términos utilitaristas, a largo plazo las políticas de prevención posibilitan un significativo ahorro de recursos públicos. Por lo que el tema de la prevención no debe quedar plasmado sólo en el discurso, sino que se debe asignar presupuestos específicos destinados a promover la previsión en cada rubro.

Si bien en un municipio como Tenango del Valle, la incidencia delictiva ha tenido una baja con este modelo, es posible que otros gobiernos locales, puedan reproducir este esquema para mejorar el bienestar colectivo de los ciudadanos. Al final, la seguridad pública es un asunto de todos. 

Escúchanos en YouTube