Por: Germán Reyna Y Herrero

El más reciente artículo de José Luis Estrada Rodríguez et al. (2022) plantean un análisis de los problemas que enfrentan los países latinoamericanos respecto a la confianza y aceptación que poseen los ciudadanos hacia las instituciones. En este trabajo los autores destacan que problemáticas como la corrupción y credibilidad en los mecanismos de control han generado incertidumbre sobre su legalidad. Situación que a su vez ha mermado la percepción que la opinión pública tiene de las instituciones, ya que América Latina presenta niveles de aceptación por debajo de la media sobre las instituciones.

Las proposiciones anteriores abren una necesaria reflexión sobre la manera en que las instituciones a nivel municipal están actuando para generar confianza y credibilidad por parte de los ciudadanos. En específico, porque los autores concluyen que los países latinoamericanos son poseedores de problemas de “credibilidad, Estado de derecho y apoyo social a los gobiernos” (Estrada et al., 2021, p. 11).

Y es que las instituciones determinan las reglas de la interacción social, garantizan el orden y colaboran en la construcción de conocimiento. Además, establecen parámetros de conducta y brindan certeza de los límites permitidos y no permitidos. De esta forma, tener confianza en las instituciones formales, como lo son la Constitución, las leyes o el gobierno (North, 1991) es necesario para que los ciudadanos las respeten y acudan a ellas cuando las requieran.

No obstante, cuando los ciudadanos desconfían o perciben que las instituciones son bastiones de corrupción, entonces disminuye la probabilidad de que confíen en estas o en las personas que las dirigen, lo cual también incluye a sus representantes políticos (Morris y Klesner, 2010).

Y los datos hablan, la Encuesta MCCI-Reforma publicada en marzo de 2020 refiere que los partidos políticos ocupan el primer lugar en la percepción sobre la corrupción al obtener un 76.15 por ciento y en segundo lugar aparece la policía de tránsito con un 73.58 por ciento.

Estas cifras no son las únicas, debido a que la misma encuesta refleja que los mexicanos siguen considerando corruptos a sus gobernantes, en un 61 por ciento la gente considera que los presidentes municipales practican la corrupción, en tanto un 57 por ciento percibe lo mismo con los gobernadores y el 38 por ciento con el presidente de la República.

Estos porcentajes también refieren que las personas piensan que la corrupción afecta bastante a su seguridad y protección de su familia. La encuesta realizada por Mexicanos Contra la Corrupción (2019) indica que 81 por ciento de los encuestados está en esta posición. Este estudio también refiere que los ciudadanos consideran que el gobierno es el principal responsable de la corrupción, además de percibir que las autoridades son ineficientes para procesar, denunciar y perseguir conductas corruptas, por lo que la percepción de las leyes es que éstas nunca o raramente se cumplen.

Al describir la percepción y opinión de los ciudadanos respecto a la confianza que tienen hacia las instituciones vale la pena tomar en cuenta los factores clave que un gobierno municipal debe desarrollar para mantener y elevar la confianza institucional. En principio es necesario considerar a la satisfacción y percepción de la democracia (Riffo et al., 2019).

Un factor esencial que permite comprender el proceso de confianza institucional es el desempeño de las instituciones (Riffo et al., 2019), ya que la confianza no se entrega de forma incondicional o natural, sino a través de parámetros de exigencia y cumplimiento. Por ejemplo, Norris (1999) refiere que los países con altos niveles de confianza y apoyo hacia las instituciones son los que poseen un mejor desempeño institucional. Este efecto sucede de manera contraria cuando el desempeño se deteriora o permanece bajo por un determinado tiempo.

Otro factor importante es la existencia y operación de mecanismos de participación ciudadana (Riffo et al., 2019), ya que la asociación entre ciudadanos y la participación social dan como resultado la construcción de espacios de interacción social que abren paso a la comunicación, y por tanto, a la confianza. Y es que el apoyo a las instituciones se relaciona con elementos que garantizan representatividad ciudadana.

En este sentido, la participación ciudadana no se limita únicamente al voto como se piensa en lo general, sino existen una diversidad de mecanismos para ser parte de los asuntos públicos. La Tabla 1 establece los distintos tipos de participación que deben considerarse desde el ámbito municipal. 

Tabla 1

Mecanismos de participación ciudadana para el ámbito local

MecanismoDescripción
Participación socialLos individuos pertenecen a asociaciones u organizaciones para defender los intereses de sus integrantes, pero el Estado no es el principal locutor, sino otras instituciones sociales (Villarreal, s.f).
Participación comunitaria Los individuos se organizan para hacer frente a las adversidades, o simplemente con el objetivo de lograr un mayor bienestar procurando el desarrollo de la comunidad. Cunill (1997) indica que este tipo de participación corresponde más a las acciones organizadas de autoayuda social.
Participación política Involucramiento de los ciudadanos en las organizaciones de representación social y en las instituciones del sistema político, como son los partidos políticos, el parlamento, las elecciones, los ayuntamientos, etcétera.
Participación ciudadana La sociedad posee una injerencia directa con el Estado; asimismo, tiene una visión más amplia de lo público. Esta participación está muy relacionada con el involucramiento de los ciudadanos en la administración pública. Los mecanismos de democracia directa (iniciativa de ley, referéndum, plebiscito y consultas ciudadanas), la revocación de mandato (recall) y la cooperación de los ciudadanos en la prestación de servicios o en la elaboración de políticas públicas, son formas de participación ciudadana.

Nota: elaboración propia con información de Serrano (2015) 

De esta manera, Serrano (2016) establece que la participación ciudadana debe contemplar una serie de condiciones, ya que es el Estado quien permite hacerla efectiva. Por tanto, los gobiernos municipales deben ser activos en puntos estratégicos, tales como el respeto de las garantías individuales, los canales institucionales y marcos jurídicos, la información, así como la confianza por parte de los ciudadanos hacia las instituciones democráticas.

Así, aunque la participación ciudadana fortalece la confianza en las instituciones, ésta también debe gestionarse y resolverse de manera independiente, tal y como lo establece Serrano (2016):

Para que la participación ciudadana pueda existir en una democracia es necesario que la sociedad confíe en las instituciones políticas. Deben tener la esperanza o la firme seguridad de que van a actuar y funcionar de acuerdo a lo que se les ha encomendado: velar por el bienestar general. Cuando no hay confianza, es porque las instituciones no están realizando sus funciones correctamente o porque la población percibe que están trabajando para favorecer un sector específico. Si no hay confianza, es casi seguro que los ciudadanos van a evitar lo más posible involucrarse con ellas. Por eso, si una democracia quiere impulsar la participación ciudadana, debe asegurar la credibilidad de sus instituciones (p.98).

Es importante señalar que en el estudio de Riffo et al. (2019) sobre la confianza institucional en municipalidades de Chile, destaca que para los ciudadanos el desempeño de las instituciones educativas y de salud depende directamente de los gobiernos municipales. Este dato constituye un elemento importante a considerar cuando se busca construir la confianza en las instituciones municipales, además de constituirse como una puerta para el enfoque de las acciones a seguir.

En el mismo estudio destaca que la seguridad ciudadana es otro factor que contribuye a consolidar la confianza en las instituciones, ya que la ciudadanía percibe que la inseguridad es una responsabilidad compartida entre gobiernos nacionales y locales.

De esta manera, para contribuir a la confianza en las instituciones y sobre todo generar una percepción de eficiencia en el desempeño municipal, en ARH Consultores hemos desarrollado la estrategia “Municipios con alto desempeño”, la cual se enfoca en detectar las áreas que están impactando en la actuación de los gobiernos municipales. Esto es esencial para que la ciudadanía perciba que los gobernantes actúan en función de sus necesidades y abren paso a una participación donde su voz es escuchada.

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