Mtro. Juan Ignacio Martínez Valero

México es un país lleno de hechos y temas de interés periodístico. Desde la administración del presidente actual y su manejo de la pandemia, hasta la violencia actual de los cárteles de la droga, México es un país que enfrenta constantemente una variedad de problemas. Aquí hay un vistazo a algunos de los asuntos actuales en México que están en los titulares.

1. Coronavirus: México ha enfrentado uno de los peores brotes de coronavirus en el mundo. El país tiene actualmente más de 2,2 millones de casos confirmados y más de 200.000 muertes. Como resultado, se ha implementado una variedad de restricciones que incluyen viajes limitados, máscaras faciales obligatorias en público, distanciamiento social y rutinas regulares de desinfección.

2. Violencia de los cárteles de las drogas: La violencia relacionada con las drogas en México ha sido un problema durante mucho tiempo y solo se ha visto exacerbada por la pandemia.

3.-El país tiene varios cárteles de droga diferentes. El cártel de droga más conocido y poderoso, es el Cártel de Juárez. Se cree que esta organización es responsable de miles de muertes y más de 150,000 secuestros desde su creación en 2008. Otros cárteles en México incluyen el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel del Golfo, Los Zetas y otros que aunque son menos numerosos no son menos peligrosos.

El gobierno mexicano también está tomando una serie de medidas para reducir la demanda de drogas ilegales. Esto incluye reducir la venta de drogas sintéticas y aumentar las campañas de concientización pública diseñadas para desalentar el uso de estupefacientes. Además, el gobierno está invirtiendo en programas de rehabilitación para drogadictos y brindando apoyo financiero a las familias de los afectados por el narcotráfico.

A su vez, está trabajando con Estados Unidos para fortalecer los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico. Esto incluye un mayor intercambio de inteligencia, un mejor control fronterizo y el enjuiciamiento de los traficantes, y la capacitación de los oficiales de policía mexicanos.

El 17 de octubre de 2019, las fuerzas de seguridad mexicanas detuvieron a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante preso Joaquín “El Chapo” Guzmán, en la ciudad de Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa. Esto desencadenó una serie de protestas violentas en toda la ciudad cuando las bandas de narcotraficantes locales lucharon contra los esfuerzos del gobierno por detener al joven Guzmán. Los informes indicaron que las bandas de narcotraficantes incendiaron varias casas y negocios, bloquearon caminos y desplegaron hombres fuertemente armados en las calles en un intento por asegurar la liberación de Ovidio. El gobierno mexicano finalmente decidió liberar a Ovidio, citando preocupaciones por la seguridad de los ciudadanos en el área.

¿Cuánto poder tenía Ovidio Guzmán en el cártel de Sinaloa? (y qué cambia realmente con su captura)

Con la captura de Ovidio Guzmán López en un operativo en Culiacán, México, el pasado 5 de enero hizo que la atención volviera a centrarse en el cártel de Sinaloa. Luis Cresencio Sandoval González, secretario de Defensa Nacional de México, informó que la detención de Guzmán López fue resultado de seis meses de trabajo de reconocimiento y vigilancia en el área de influencia del grupo criminal “Los Menores”, del que presuntamente es líder.

Sandoval indicó que este grupo —al que también se le conoce como “Los Chapitos”— es “afín” al cártel del Pacífico (o cártel de Sinaloa) y detalló que gracias a los trabajos de inteligencia se pudo detectar que Los Menores llevaban a cabo sus operaciones y actividades ilícitas en el noroeste de Culiacán, capital del estado de Sinaloa y bastión del mismo cártel.

El secretario de Defensa señaló que con la detención de Ovidio Guzmán “se ha dado un duro golpe a ‘Los Menores’”.

El Chapo y “Los Chapitos”

El narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien está preso en Estados Unidos, ha tenido al menos 10 hijos con tres mujeres. Cuando fue detenido en 2016, cuatro de sus hijos tomaron el control de gran parte del cártel de Sinaloa.

Según diferentes informes, los cuatro herederos del imperio de droga —los llamados “Chapitos”— son Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.

La Fiscalía General de la República de México señala que el imperio de drogas que “Los Chapitos” heredaron de su padre una cuenta con al menos 5.000 hombres armados y control del trasiego de drogas en la zona norte y oeste de Sinaloa, y la totalidad de los estados de Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur.

El Departamento de Estado de Estados Unidos incluye a los cuatro hermanos en su lista de criminales buscados por la justicia de ese país y ofrece hasta $5 millones de dólares por cada uno de ellos. Y cataloga tanto a Iván Archivaldo como a Jesús Alfredo como miembros “de alto nivel” del cártel de Sinaloa.

Antes de que “El Chapo” fuera arrestado, ambos lo habrían ayudado a coordinar el transporte de drogas desde el centro y sur de América hacia México para posteriormente trasladar los narcóticos a Estados Unidos.

Algunos expertos señalan que, de los cuatro hijos, Iván Archivaldo es quien ahora tiene mayor influencia en el cártel de Sinaloa y fue él quien habría logrado la liberación de Ovidio durante el primer intento de las autoridades mexicanas para detenerlo en 2019.

El Departamento de Estado informa en su sitio web que Ovidio y su hermano Joaquín desempeñan funciones de mando y control de alto nivel en su propia organización de tráfico de drogas (a la que el secretario de Defensa de México se refirió como “Los Menores”) bajo el paraguas del cártel de Sinaloa.

Las autoridades estadounidenses indican que los hermanos Guzmán López estarían a cargo de unos 11 laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa que producen un estimado de más de dos toneladas de esa droga por mes, para distribución a Estados Unidos y Canadá.

Y se les vincula con el contrabando de grandes cantidades de efedrina a México desde Argentina para la producción de metanfetamina.

También, hay informes que indican que “Ovidio Guzmán López ha ordenado el asesinato de informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano que se había negado a cantar en su boda”, apunta el Departamento de Estado de EE. UU.

Lucha de poder en el cártel de Sinaloa

El diario mexicano Milenio explica que el nombre de “Los Menores” surgió porque así llamaba “El Chapo” a sus hijos Ovidio y Joaquín.

“Los Chapitos”, mientras tanto, es el nombre que han usado los medios para referirse a los hijos del Chapo. Pero coloquialmente a los cuatro hermanos se les conoce como “La Chapiza”, señala el diario, para identificar a los grupos que obedecen órdenes de los hermanos y a quienes obedecen a Ismael “Mayo” Zambada, con quien comparten el poder del cártel de Sinaloa.

Las autoridades mexicanas detuvieron a Guzmán en 2019, pero acabaron liberándolo por la violencia que siguió al arresto. (texto repetitivo)

En efecto, desde que “El Chapo” fue encarcelado, los cuatro “Chapitos” quedaron en el centro de una lucha interna de poder en el cártel de Sinaloa, enfrentados con el único miembro restante de la “vieja guardia” de la organización criminal: El Mayo Zambada.

Si bien ninguna de las partes ejerce el tipo de dominio que dejaría en claro quién está realmente a cargo de las actividades delictivas del grupo, no ha faltado el derramamiento de sangre mientras las dos facciones internas luchan.

“Desde que El Chapo fue arrestado en 2016, los Chapitos han estado en desacuerdo tanto con ‘El Mayo’ como con su tío, Aureliano Guzmán Loera, alias ‘El Guano’, por el control de las operaciones del grupo, agrega. Y como resultado, las feroces batallas entre los dos bandos han continuado por años”.

Los expertos coinciden en que el arresto de Ovidio Guzmán fue una oportunidad para que el presidente Andrés Manuel López Obrador reivindicara su posición tras la operación fallida, hace más de tres años, para capturar a Guzmán López.

Pero es poco probable que la captura tenga un impacto significativo en las operaciones del cártel.

En estos días hay que recordar un hecho inescapable: la detención de un capo, por vistosa que sea, no altera fundamentalmente los patrones del tráfico de droga, pero si da al país esperanza de que pueden ser apartados de la sociedad para conseguir una sociedad más próspera sin medios ilícitos.

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