En el primer trimestre de 1867, casi la totalidad del territorio nacional estaba bajo el control de las fuerzas republicanas, restando únicamente por reconquistar las ciudades de Querétaro, Puebla y México que permanecían en manos de los partidarios del Imperio. La batalla del 2 de abril fue una acción bélica audaz y brillante que partió de un plan juiciosamente concebido, un ataque y asalto ejecutados con perfección.
Fuente: Gobierno de México