Por: José Luis Arenas López
Uno de los recursos indispensables para la vida humana es el agua potable, el ser humano desde su existencia se ha proveído de ella en diferentes fuentes. Si hacemos una simple reflexión de dónde hemos venido tomando el agua, nos daremos cuenta de que estas provienen de manantiales, ríos, pozos, en su caso de presas, etc., a todos estos tipos de agua las podemos considerar como aguas naturales, mismas que son muy diferentes al agua potable; el agua potable se ha sujetado a un tratamiento o proceso químico, mientras que el agua natural proviene de fuentes microbiológicas sanas y proporcionadas por la naturaleza misma. El agua natural contiene más de sesenta tipos de minerales, además tiene una alta conductividad eléctrica y su PH ligeramente alcalino, esto es, el agua natural se encuentra más hacia lo alcalino que hacía lo ácido, en el momento en que el agua se embotella por medio de un proceso químico, se le quitan los minerales, también se elimina el PH y la conductividad eléctrica, con este proceso, el agua embotellada solo contiene sodio y potasio, esto significa que el agua embotellada, la misma que bebemos a diario, es un agua artificial que no satisface al cuerpo ni lo reconoce, ya que de los sesenta minerales sólo contiene dos y en un 50 %, esta situación produce un efecto negativo al beber el agua embotellada de la marca que sea.
Nuestra propia naturaleza nos exige mantenernos hidratados y bebemos agua, al beber agua embotellada creemos estar siendo hidratados, lo cual es incorrecto, incluso, podemos estar bebiendo varios vasos de agua o quizá litros y aún sentimos sed y la realidad es que no estamos hidratados, al contrario; la hidratación del cuerpo la proporcionan los minerales y la sal, el agua embotellada es un buen negocio y más en México, ya que tres empresas concentran el 82 % del negocio del agua embotellada: PepsiCo, Danone y Coca Cola. Como resultado de lo anterior, nuestro país está considerado como el primero en consumo de agua embotellada en el mundo, seguido de España, Francia y EE. UU.
De acuerdo a estudios recientes, la distribución del consumo de agua en México refiere que el 76 % se utiliza en la agricultura, 14 % en el abastecimiento público, 5 % en producción de luz y 5 % en la industria; la distribución de este recurso tiene tres canales: la red del servicio público, el agua embotellada en todas sus presentaciones y la distribución de agua a través de pipas. En la actualidad, México tiene uno de los peores manejos de los recursos hidráulicos, además de un servicio de distribución de agua potable deficiente y de muy baja calidad, es por ello que la población mexicana ha visto una solución de “agua potable” en el agua embotellada, un fenómeno que por sí solo ya es un problema al ser un agua artificial y, por otro lado, es una amenaza al medio ambiente por los elevados desperdicios de plástico por el desecho que genera.
El agua es un recurso procurado en el Art. 4to, p. 6 de la CPEUM, además de ser de consumo necesario para el ser humano, por lo que su calidad y alcalinidad debe ser alta. En un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, se reportó que, el 81 % de la población mexicana consume agua embotellada, lo cual representa entre un 5 y un 10 % del ingreso mensual, esto significa que el agua distribuida por la red pública no es confiable y que además de pagar la cuota de agua al Estado, se debe hacer un gasto extra.
Uno de los grandes problemas en la distribución de agua en México son los permisos y concesiones a particulares; ya en el gobierno de amlo, específicamente en 2019, se tenían contabilizados 554,819 permisos de explotación del preciado líquido, contra 18 concesiones de reserva o conservación ecológica; las concesiones a privados se ha vuelto un negocio para el Estado, ya que las multas que se aplican a los empresarios son millonarias y en el mismo sentido, el nivel de contaminación del agua es muy alto, por ejemplo: la industria minera es la responsable de los ecocidios más alarmantes en México; en 2014 Grupo México contaminó los Ríos Bacanuchi y Sonora, haciéndose acreedor a una multa por 23.5 MDP, misma que le representó un gasto de tan solo el 1 % contra sus utilidades de 705 MDD; por su parte, las empresas embotelladoras de agua que extraen la misma del subsuelo, la comercializan 492 % más cara de su costo de producción. Un problema secundario adicional al embotellamiento de agua, es la producción misma de la botella de plástico, que para su elaboración se requieren tres litros de agua.
Un ejemplo a seguir en la administración del agua, es el Municipio de Tlalnepantla de Baz quien ha participado en diversos eventos con la intención de mejorar sus procesos en el manejo del sistema hidráulico en la demarcación; mediante boletín informativo 055_22, Tlalnepantla obtuvo el primer lugar en la Escuela del Agua, así mismo, en el boletín 054_22, el Municipio de Tlalnepantla informó que se obtuvo la certificación del Sistema de Gestión de Calidad para el control del agua en la entidad; otro de los logros de este Municipio en 2022, fue la rehabilitación de la Red Hidráulica Balcones III que abastece a Lomas de Valle Dorado con una inversión de 15 MDP; quizá estos logros resultan ser los menos ante el gran problema de México y el mundo en la administración del agua, pero como se dice coloquialmente, “todo suma” y todo esfuerzo es bueno para bien de la sociedad y de la humanidad. Un aspecto no menos importante, es el trabajo colaborativo entre el Municipio y las instituciones educativas en materia de investigación para la preservación y mejora del agua, acción que el Municipio de Tlalnepantla celebró con el IPN a través del Departamento de Tratamiento de Agua y Laboratorio del Organismo Público Descentralizado.
En contraste, la CDMX es una de las entidades con mayor problemática en temas de agua, ocho de sus dieciséis alcaldías reportan problemas de suministro y específicamente “anormalmente secas” según CONAGUA; la GAM e Iztapalapa las más afectadas y las más pobladas de la Entidad. En 2020 quedó definido el proyecto más importante para suministrar agua a la capital; sin embargo, y como siempre, las diferencias partidistas en el Congreso de la Ciudad han impedido el avance de la ejecución del proyecto, dejando de lado la necesidad de la población civil. Éste proyecto pretende reducir la contaminación del agua, mejorar su eficiencia, jerarquizar su uso y fortalecer la participación de la población para la mejora de su gestión.
Con todo ello, ni las Instituciones Especializadas, ni el Estado, ni las Instituciones Educativas se han pronunciado en la mejora del agua que el ser humano puede beber. Seguiremos desconfiando del gobierno y creyendo que el agua embotellada es la solución; erróneamente el gobierno federal le apuesta y prioriza proyectos absurdos con la instalación de una refinería en tiempos de uso y aprovechamiento de energías limpias, ignorando lo que realmente es importante y urgente solucionar.
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