LUZ DANIELA MARTÍNEZ CHÁVEZ


La corrupción se entiende como “el abuso de poder público para obtener beneficio particular”. En México es un problema que aqueja a nuestra sociedad y se debe atacar desde el fondo y en todos los ámbitos, los policías son una parte importante que mantiene esta práctica por diversos factores que deben atacarse para lograr disminuir este índice tan alto de corrupción en México.

De acuerdo con datos del Latin American Public Opinion Project (LAPOP) en el año 2019, México es el segundo país más corrupto de Latinoamérica, después de Bolivia. Y el 59.2% de los mexicanos reportaron haber sido víctimas de la corrupción de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e impacto gubernamental.

La corrupción en todos los niveles es un acto retroalimentado pues para que surja este fenómeno hay un lado que se corrompe y otro que se deja corromper, el problema en realidad es que es una práctica normalizada por ejemplo en sanciones de tránsito, los ciudadanos retroalimentan la corrupción al ofrecerle una dádiva a los policías con la finalidad de que no se aplique la sanción correspondiente.

En México hay diversos factores que han provocado un ambiente de inseguridad y estamos viviendo una crisis policial desde hace ya muchos años y se tiene que estructurar desde el fondo, la seguridad pública es un trabajo de alto riesgo y mal remunerado.

Según el artículo Relaciones de autoridad y abuso policial en la Ciudad de México
“El abuso policial es un fenómeno complejo que obedece a factores de diferentes niveles. Comprende formas tradicionales de efectuar el trabajo policial ajenas a principios democráticos, en las que el control sobre la población, en particular sobre ciertos grupos, es visto como una capacidad ‘natural’ de su trabajo; incluye prácticas de extorsión a la ciudadanía ampliamente institucionalizadas, y depende de factores culturales de la organización policial, no ajenos al resto de la sociedad, en los que se establecen pautas morales sobre quién merece ser castigado”.
La ciudadanía desconoce sus derechos y tiene una pésima percepción de la policía, ya que la considera como ineficiente. De acuerdo a la encuesta Nacional de Calidad e impacto gubernamental, llevada a cabo por el INEGI en el 2019, el 86.7 % de la ciudadanía opinó que la corrupción es frecuente o muy frecuente en las policías de sus ciudades o estados, ya que abusan de su función para obtener beneficios y las situaciones de corrupción quedan impunes por desconocimiento de la ciudadanía al no acudir a las Unidades de Asuntos internos de las Policías para investigar y sancionar las quejas.

Así mismo solo el 30.2% de la ciudadanía opina que la policía genera una sensación de seguridad en sus comunidades y el 26.2 % de la población mayor de 18 años se siente satisfecha con el desempeño de sus policías. La ciudadanía considera abusiva a la policía y corrupta, ya que no han logrado cumplir con su rol en nuestra sociedad.

El influyentismo también es un factor que agrava estos actos de corrupción ya que, muchas personas entran a laborar por favoritismos y a pesar de encontrarse registrados en la nómina, no acuden a laborar, no tienen los conocimientos necesarios ni un perfil apto para ejercer dicho cargo.

En México los salarios aproximados que recibe mensualmente un policía van desde los 6 mil a los 15 mil pesos, un salario insuficiente a pesar de los riesgos que enfrentan día con día y en su mayoría tienen que destinar una parte de ese sueldo a comprar equipos de protección y otros elementos necesarios para desempeñar su trabajo sin que se les reembolse lo invertido lo cual puede provocar cierto índice de corrupción al recibir dádivas que incrementen sus ingresos.


Incrementar salarios no sería necesariamente la única solución como combate a la corrupción, ya que eso no lo garantiza, se tiene que capacitar constantemente a los policías y brindarles todas las herramientas de trabajo necesarias para llevar a cabo su trabajo, pues no se necesita que haya muchos policías, sino que los policías que hay, ejerzan debidamente su trabajo.

Además de mejorar las condiciones laborales, es necesario que se creen mecanismos de vigilancia con tecnología adecuada, es una herramienta efectiva e innovadora que permite implementar estrategias que permitan el constante acompañamiento en la cotidianeidad de los policías y así reducir posibles actos de corrupción y promover la colaboración mediante plataformas entre instituciones de seguridad y justicia, aprovechando la tecnología realmente para la prevención y el control.

Para combatir la corrupción se puede implementar un programa de compliance o cumplimiento normativo que es una herramienta para prevenir y evitar riesgos para garantizar el debido cumplimiento de los principios de legalidad e integridad del servicio público. Se debe identificar el conflicto comunitario, los delitos y las faltas administrativas, evaluar las problemáticas y así poder diseñar una solución enfocada a cada municipio para mejorar el desempeño policial.