Dr. Rubén Darío Merchant Ubaldo
Durante mi travesía como conferencista, instructor e investigador en algunos países como Cuba, Panamá, Paraguay, Bolivia, Argentina, Colombia, Brasil, Ecuador y Rusia indistintamente, siempre tuve la oportunidad de conocer múltiples rincones, entre los que se encuentran los famosos barrios o comunidad de chinos, los cuales ofertan diversos artículos provenientes de su país, así como la famosa comida china.
Además, he conocido su cultura, tecnología y productos en diversos Estados de la República Mexicana, incluida la Ciudad de México. Es por ello, que decidí investigar y conocer a personas del gigante de Asia en relación a sus negocios y comercio, mismos que abundan en múltiples países, percatándome que cuentan con lo que llamo “La filosofía económica del expansionismo chino”, que consiste en que su gobierno al pretender acrecentar su crematística e influir en el mundo, apoya económica y financieramente a sus compatriotas para que logren insertarse en los mercados extranjeros. Ubicándose actualmente entre las tres mejores economías del mundo.
Lo anterior, obedece a diversas estrategias conjuntas entre el gobierno y la iniciativa privada para lograr los resultados esperados, e incluso, se han atrevido a obsequiar bibliotecas completas y muy equipadas a diversas universidades, colegios e institutos de otros países, para que se conozca su cultura o tradiciones, y después, influir en ellos en aspectos sociales o económicos. En efecto, China está aprovechando las relaciones comerciales y de inversión en países latinos, algo que hoy día ha desperdiciado Estados Unidos como primer potencia mundial y geográficamente ubicado en América, dejando muy rezagado el famoso “sueño americano” muy codiciado en su momento en América Latina.
De igual forma, es sorprendente como China durante la pandemia controló localmente los contagios del coronavirus a pesar de haber sido el epicentro de la enfermedad, concomitantemente tuvo un crecimiento económico del 2.3 y 2.5 de su Producto Interno Bruto, de lo cual muchos países no han logrado esos resultados en situaciones normales. Lo que demuestra claramente que su sistema de salud y económico son muy sólidos.
Otro tópico que caracteriza a la comunidad de chinos, es que investigan cuáles son las necesidades o problemáticas que requieren otras sociedades de distintas latitudes, facilitando su expansionismo y crecimiento. Lamentablemente, en ciertos casos, se ha visto el plagio de artículos de consumo chino, muy similares e idénticos a los elaborados por empresarios de otros países y que han afectado de manera desleal el mercado internacional, o que decir de la explotación laboral de empresarios chinos a trabajadores latinos.
Ahora el coloso del continente asiático busca consolidar nuevamente la ruta de la seda, siendo un megaproyecto horizontal que trazará una extensa red comercial tanto marítima como terrestre, algo que ya había realizado en la antigüedad. No cabe duda, que China se está abriendo al mundo y aprovechando en todo momento áreas de oportunidad para continuar creciendo, incluida la tecnología, robótica y automatización. Se prevé que en próximos años sea el líder mundial, no sólo en lo económico, sino en distintos rubros, retomo las palabras de un colega ecuatoriano y experto en temas internacionales “los chinos no sueñan como los latinos, imaginan el presente y construyen el futuro”.
En Latinoamérica desafortunadamente el escenario es distinto, los gobiernos no tienen una visión estratégica para dar a conocer al mundo la riqueza de su territorio. No obstante, de que algunas naciones del orbe latino, cuentan con una marca país; ejemplo de ello es el mariachi y el tequila en México; el baile de salsa en Colombia, el hornado de Ecuador, el tango argentino o los vinos chilenos; por citar sólo algunos. De hecho, en América Latina se cuenta con una gastronomía exquisita y variada, así como tradiciones, cultura, idioma, idiosincrasia, música, arquitectura, folklore, turismo, pero sobre todo calidez humana, algo de lo cual no gozan otros países.
Considero que para lograr una “Filosofía económica de expansionismo latinoamericano”, debe haber una sinergia bien estructurada, multidisciplinaria, organizada y trabajo conjunto entre los gobiernos, así como empresarios y sociedad. De tal manera, que se apoye integralmente a los ciudadanos, y con ello, acrecentar la economía del país de origen o procedencia; inclusive, evitando problemas migratorios, de desigualdad y pobreza del que actualmente padecen países como Venezuela, Honduras, Guatemala, México, República Dominicana, Jamaica, Haití, Cuba, Nicaragua o El Salvador.
Asimismo, si la mayoría de naciones latinas de norte a sur, se unieran en aspectos económicos, turísticos o de inversión, habría mayor expansionismo; logrando un posicionamiento portentoso; verbigracia, restaurantes mexicanos como punta de lanza para promover la gastronomía y/o productos, no sólo de México sino de Latinoamérica. De manera análoga, difundir en el extranjero lo que se conoce como flashmob los bailes típicos o música vernácula; o bien, dar a conocer mediante múltiples canales de comunicación nacionales o extranjeros los lugares y rincones turísticos. Cabe enfatizar, que los productos artesanales, son muy valorados en otros continentes como Europa, lo que facilitaría su comercialización.
Por consiguiente, se requiere de mucha madurez en lo que también he denominado “Política de expansionismo nacional e integración económica latinoamericana”, con un enfoque económico, turístico, de política exterior e inversión, con el contenido siguiente:
- Voluntad política como directriz para lograr los objetivos planteados.
- Puestos estratégicos y directivos con capacidad, experiencia y profesionalismo.
- Elevados estándares de identidad nacional en comunión con un plan de desarrollo nacional e internacional adecuado.
- Convocar, promover y apoyar a la sociedad e iniciativa privada a generar proyectos a través de un “Maratón de propuestas” o “Propuestas de inversión y financiamiento nacional y/o extranjero”.
- Impulsar el emprendimiento nacional e internacional en productos y servicios.
- Implementar políticas de confianza y seguridad en inversión extranjera de proyectos nacionales.
- Visión a futuro de desarrollo y estrategias de gobernanza en política económica en el exterior.
- Objetivos definidos a corto, mediano y largo plazo.
- Proyección de publicidad en el extranjero de gastronomía, cultura, tradiciones, música, artesanías y lugares turísticos.
- Políticas de cero corrupción, transparencia, colaboración y resultados.
- Inversión en ciencia y tecnología.
- Incentivar el mercado interno para expandirlo en el exterior a través de diversos canales.
- Mejora y desarrollo de infraestructura en lugares emblemáticos o principales.
- Administración y manejo adecuado de recursos, inversión o dinero que ingresa al país.
- Consolidar las relaciones diplomáticas comerciales o de negocios con países de Latinoamérica.
Por consiguiente, todo lo anterior representa un proceso y áreas de oportunidad de crecimiento en distintas aristas. Si los latinos, dejamos atrás nuestros prejuicios del pasado y trabajamos de manera conjunta, colaborativa y organizada en forma tripartita entre gobierno, sociedad y ciudadanos viendo hacia el futuro, podríamos potencializar el expansionismo latino, tal y como lo hizo China en forma progresiva, teniendo claro que la integración cultural debe ser previa a la integración económica.