Por: César Molina Portillo

El municipio es la célula de la democracia. El gobierno municipal resulta ser el más cercano para atender las demandas ciudadanas. Por ello, la planeación de los recursos y la provisión de los servicios públicos adquiere un carácter prioritario en las acciones del gobierno local; de ahí que un buen plan de desarrollo municipal garantice la gobernabilidad y legitimidad política.

Además, el ejercicio de la planeación es muy importante para garantizar la racionalidad administrativa en la distribución de los recursos públicos. Un buen diagnóstico del municipio al inicio de cualquier administración permitirá garantizar también un impulso en el desarrollo social. Recientemente, la participación de los ciudadanos a partir de consultas, encuestas y foros participativos ha permitido que el diagnóstico de las necesidades sea más preciso.

Uno de los objetivos del diagnóstico es poder conocer el panorama para producir cambios inducidos y/o planificados como: satisfacer necesidades, resolución de problemas, desarrollo de potencialidades, o para tocar algún aspecto de la realidad social. Por ello, los planes de desarrollo municipal contribuyen a mejorar las condiciones de vida en las localidades.

El gobierno a través de la planeación democrática abre la posibilidad de que las organizaciones, asociaciones y grupos de interés participen activamente en la discusión de las obras.  Si bien es cierto que, durante la campaña política, los gobernantes recogen propuestas para el desarrollo de la administración pública municipal. Es mediante el consenso, la participación activa, la consulta y colaboración de los ciudadanos como se puede lograr generar obras de beneficio e interés colectivo. 

Porque a través de la planeación por medio de mecanismos incluyentes, es posible ejercer la soberanía y garantizar el espíritu del artículo 115 constitucional que evoca al municipio libre. Los representantes de los ciudadanos son los regidores, quienes llevan la tarea de coadyuvar en la toma de decisiones y construir un cabildo, como cuerpo de gobierno, plural y tolerante de las distintas manifestaciones.

La planeación implica compromisos

Durante el proceso de planeación municipal, se construye un espacio de convivencia entre los ciudadanos y las autoridades; para lograr confluir en las ideas y prioridades de gobierno. Es por ello, que la construcción de este importante documento rector de la administración municipal debe tener una visión transversal y multidisciplinaria. Para poder incluir la visión de todos los actores sociales del municipio, debe contemplarse sus fortalezas y debilidades; pero también el contexto de los municipios rurales, semi urbanos y urbanos.

En la práctica, la definición de objetivos muy claros y precisos; permitirá establecer prioridades en la acción del gobierno para solucionar, disminuir o mitigar algún problema de interés público.  Los ciudadanos cada vez más están conscientes de la importancia de su participación en las tareas de gobierno, porque ahora a través de las redes sociales e incluso de forma presencial, logran incidir en la gestión de recursos y obras públicas. 

Existe desde hace un par de años, una ruptura con la planeación tradicional que se realizaba de manera vertical, desde las oficinas de las presidencias municipales. Actualmente hay un enfoque incluyente, de abajo hacia arriba y con profunda vocación democrática.  Las localidades pueden lograr un impulso económico por medio de la identificación de la vocación productiva. Un municipio puede ser turístico, de servicios o productor de materias primas; lo importante es direccionar todos los esfuerzos para promover este desarrollo endógeno. 

La convocatoria y participación de todos los actores, permitirá asumir compromisos; por lo cual no puede realizarse un plan de desarrollo municipal sin establecer acuerdos, promover acciones y plantear estrategias.  Y ahora, también es necesario incluir dentro de los planes, la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En esta agenda están propuestas 17 acciones para evitar el deterioro del planeta y garantizar la viabilidad de la sociedad, con metas como: hambre cero, fin de la pobreza, educación de calidad, producción y consumo responsable; entre otras. 

Por tanto, los planes de desarrollo pasaron de ser un instrumento local a un plan de acción con directrices internacionales. La planeación sigue una ruta, con los siguientes elementos: formulación, instrumentación, discusión y aprobación, ejecución, control y  evaluación.  Todo esto construye la visión del gobierno. 

La visión prospectiva y las metas

En todo plan de desarrollo municipal se busca incidir en las acciones de gobierno que se llevarán a cabo durante el mandato del presidente o presidenta municipal y su cabildo. No se busca adivinar el futuro, sino todo lo contrario, incidir en la construcción de escenarios que permitan mejorar el gobierno en el corto, mediano y largo plazo. Es muy satisfactorio señalar que, si existen metas concretas, las acciones y estrategias definirán el rumbo de la administración pública de forma precisa. 

Además, con el acompañamiento que se realiza  a los alcaldes y alcaldesas se logra garantizar resultados en la función pública y en la construcción del valor público. Los ciudadanos pueden satisfacer sus necesidades en las obras públicas que se construyen, siempre y cuando respondan a lo que ellos requieren. Por ello, las calles, parques, bibliotecas y centros recreativos se convierten en una oportunidad para construir ese valor público que une a los ciudadanos con el gobierno.

El entorno local es la expresión mínima de democracia, pero tiene un gran potencial en la construcción social de los consensos, de acuerdo con los actores y también amplias posibilidades para garantizar la legitimidad del gobierno local.  La gestión por resultados que se busca en un plan de desarrollo es unir el gasto público con los beneficios para los ciudadanos; a través de la eficacia y eficiencia en el servicio público. Mejorar el gobierno local es impactar al nivel estatal y también al federal; por ello, una gestión innovadora, participativa y basada en la gobernanza garantiza el éxito de un gobierno municipal. 

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