Tolimán es uno de los municipios que aún conserva sus tradiciones vivas, a través del tiempo y del espacio. El idioma otomí, la gastronomía, los ecosistemas como la peña en San Antonio de la Cal, El Derramadero y zona Higueras, la cultura y tradiciones como el levantamiento del Chimal, las Capillas Oratorio, sus festividades y rutas de peregrinaje, son algunos de los atributos que dieron lugar a Tolimán dentro del catálogo de Patrimonio inmaterial de la humanidad denominado “Lugares de memoria y tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimeca de Tolimán; la Peña de Bernal, guardián de un territorio sagrado” en el año 2009 otorgado por la UNESCO.
El municipio de Tolimán se encuentra en la parte Centro Oeste del estado de Querétaro, entre las coordenadas 20º 45´ y 21º 04´ de latitud norte y entre 99º 47´y 100º 05´de longitud Oeste, con altitudes que van desde 1 350 y 2 740 msmn. Colinda al norte con el municipio de Peñamiller y el Estado de Guanajuato, al Oeste con el municipio de Colón y el estado de Guanajuato, al sur con los municipios de Cadereyta de Montes, Ezequiel Montes y Colón; y al Este con los municipios de Peñamiller y Cadereyta de Montes.
La definición por excelencia del municipio es su cultura, ya que al tener mayor influencia de sus tradiciones vivas reflejadas en cada festividad, esto hace de Tolimán un tesoro cultural al nivel estatal, también se refleja en sus artesanías y productos diversos, aunque realmente su base cultural es la otomí, sus tradiciones están marcadas por prácticas ancestrales atesoradas en sus habitantes y heredadas a las nuevas generaciones como lo son: el habla de la lengua” Ñöhñö” y sus prácticas en capillas familiares, resguardo de festividades y danzas.
El Día de Muertos entre la población del Municipio de Tolimán y especialmente entre los Otomíes, es considerado como una fecha de festejo donde se recuerda y se ofrenda a los familiares difuntos.
La tradición del día de muertos en Tolimán inicia el 13 de octubre del año de 1703 a iniciativa de un fraile franciscano, para que “todos los fieles se prepararan para la llegada de los angelitos el día último de octubre al medio día”, congregados todos los fieles bautizados empezó la predicación sobre la llegada de los angelitos siendo los principales: San Miguel, San Gabriel y San Rafael, por ello, actualmente el día 31 de octubre conocido como la Vigilia acuden las danzas de San Miguel a su templo para colocar las ofrendas de cada una de las cuadrillas a las capillas de los linajes principales de la comunidad, y en especial donde se resguarda la imagen de San Miguel de los cargueros.
Entre los antiguos otomíes tanto en la casa como en capillas, la ofrenda era variable de acuerdo con la organización familiar definida por linajes, y cada grupo familiar llevaba ofrenda colocando un chiquigüite proporcional a su riqueza, formando un semicírculo enfrente del altar, estas ofrendas definen la participación y la organización familiar en torno a un ancestro común; por ello los productos ofrendados son principalmente productos de la tierra marcando con ello la conclusión del ciclo agrícola mesoamericano, presentan en chiquigüites los tamales y una vela en el centro de éste, huacales con pan, cacahuates, granadas, calabaza con piloncillo, pulque, elotes y chayotes hervidos, atole de mezquite, de pirul, de maíz y atole de leche para los angelitos, pan de angelito, cañas, jícamas, camote, mísperos y guayabas.
No olvidando las ceras o velas de cebo, una para cada ánima; y se purifica el espacio del altar con el humo del copal y mediante la ofrenda de la palangana que representa a Dios y sus apóstoles, las oraciones y peticiones según la creencia son escuchadas por Dios nuestro Señor, pidiendo protección y salud a nuestros ancestros como intercesores ante Dios Padre.Muchos elementos tradicionales se van perdiendo, y según la tradición oral señala que había una persona en particular que se encargaba de recoger los cavitos de las velas que posteriormente serian utilizados para elaborar un cirio, que era para los muertos que ya no tienen quién se acuerde de ellos, es decir las ánimas solas. En la parroquia de San Pedro, el campanero es quien también anuncia con dobles la llegada de los angelitos y difuntos, a este acto también se le acompaña con cohetes, y durante la noche del día 1 y hasta medio día del 2 de noviembre suenan los dobles con las campanas y las personas le agradecen llevándole tamales que los colocan en un ayate o guangoche de ixtle, éste se deja colgar desde el campanario. Por la noche del día 1ro de noviembre había la costumbre de caminar por las calles con una campana de bronce, que era llevada por un rezandero y con un guangoche iban de casa en casa acompañado de algunas personas más, repitiendo la frase “que le den a la campanita” y eran recibidos en las casas para rezar un rato y la gente le pagaba con tamales y parte de la ofrenda.
El día 2 cuando los familiares de los difuntos terminaban de decorar con flores y velas las criptas de sus difuntos, hasta la fecha hay rezanderos a quienes se les solicita que rece un responso por los finados de los familiares que lo requieran en el mismo panteón municipal, y se les agradece monetariamente o con las mismas ofrendas traídas de sus altares, y los rezanderos colocan una mesa en el altar del Panteón en el cual se les paga también con tamales, ellos posterior a la celebración eucarística que celebra el párroco anualmente en el panteón.
La cocina tradicional Tolimanense tiene su base en los productos de la naturaleza como lo son: el chile, maíz, jitomate, frijol, algunas leguminosas, carne de animales criados en granjas e insectos de la misma región.
Uno de los platillos típicos del municipio es el mole estilo Tolimán, que es preparado con varias especias; como almendras, pepitas, ajonjolí, pasas, chocolate, tomillo, etc. y suele ser servido con garbanzos amarillos, condimentados con azafrán, comino y perejil –platillo muy conocido en el municipio. En las festividades donde intervienen las danzas en honor a San Miguel Arcángel (festividad patronal que dura poco más de tres meses), se acostumbra a ofrecer a todos los asistentes estos dos platillos y al día siguiente se ofrece chocolate y el tradicional pan de pulque. También es muy común ver las tortillas de colores hechas a mano, ya que forman parte importante de este ritual, que después de extender el camino de petate que se desenrolla en el suelo y que puede llegar a medir hasta 500 metros, los cargueros menores y Xitales (miembros de la danza) avientan montones de tortillas atinando siempre a la parte central del camino.
El municipio de Tolimán es una región semidesértica que marca la entrada a la Sierra Gorda del Estado de Querétaro, algunos de sus atractivos naturales más significativos son: Piedra Honda en San Miguel, Vista de la Cara Oculta de la Peña en San Antonio de la Cal y Senderismo en Maguey Manso, Zona recreativa natural de Las Adjuntas en Bomintzá y Sabino de San Ambrosio.