Por: Germán Reyna y Herrero

La innovación social surge como respuesta de las comunidades, organizaciones de la sociedad civil y el gobierno en los diferentes niveles a los problemas que no han podido ser solucionados con los modelos tradicionalmente empleados. De esta forma, su ejecución se lleva a cabo a través de la interacción con los actores locales, las comunidades de los pueblos originarios y rurales para lograr una confianza que permita la inclusión de grupos vulnerables y el empoderamiento de estos.

Mumford (2002) indica que las innovaciones sociales son aquellas nuevas ideas (productos, servicios, modelos) que simultáneamente satisfacen necesidades sociales de un modo más eficiente que lo existente, y crean nuevas relaciones sociales y colaboraciones. Por esta razón, es posible describir que la innovación social es la aplicación de nuevos arreglos sociales e institucionales, actuales formas de movilización de recursos, nuevas respuestas a los problemas para los que las soluciones disponibles no han generado los resultados esperados.

Entre los diversos modos que puede visibilizarse la innovación social, se encuentra la generación de valores sociales, tales como el bienestar social, la atención sanitaria, la inclusión social, la expresión y práctica de la libertad, aspectos que no están en contraposición con la productividad, competitividad empresarial y rentabilidad financiera.

De esta forma, Jardón y Gierhake (2020) plantean que, la innovación social tiene como principio el trabajar de forma unida y conjunta para alcanzar una sociedad sostenible. Por tanto, es necesario el desarrollo de la conveniencia de colaborar, aspecto que requiere una gobernanza estructurada que esté orientada a la colaboración. Y como toda innovación, integra aspectos internos y externos. Por un lado, es un proceso interno de autoorganización, a través del cual se articulan los recursos propios, las propiedades grupales y las cualidades personales que favorecen el cambio, como es el deseo de aprender, la resiliencia emocional, y el empleo de la cultura y el conocimiento local.

Por otra parte, también integra factores externos que impactan en el ritmo de la innovación, como es el caso de la promoción de la innovación y la identificación específica del problema, el cual debe provenir de un diagnóstico de la situación que se busca cambiar y de la existencia de un liderazgo y una organización propensa al cambio. En este sentido, el liderazgo colaborativo, la gobernanza colaborativa son esenciales para establecer innovaciones.

El entorno externo exige que para el desarrollo de la innovación social se consoliden alianzas y redes que permitan movilizar recursos como conocimientos, contacto directo y sistemático entre los innovadores y los gestores de políticas para lograr el intercambio de experiencias y generar un crecimiento de comprensión, así como la alianza con el sector público para ampliar el impacto de las innovaciones a diversas escalas.

Por esta razón, autores como Tracey y Stott (2016) mencionan que la innovación social se define como una creación o implementación de nuevas soluciones a problemas sociales con beneficios compartidos, no sólo por los innovadores sino por otros agentes sociales. La innovación social en sí facilita la transformación de actividades que tradicionalmente se consideran públicas hacia un sector privado o compartido por instituciones públicas y privadas.

Para alcanzar la innovación social es necesaria la articulación de los programas del sector público, los gobiernos locales y la iniciativa privada para el reconocimiento, la promoción y el apoyo de las experiencias innovadoras. Al mismo tiempo es importante la articulación de los diferentes niveles de gobierno y su relación con la sociedad civil para promover el impacto y la reproducción de la innovación. De hecho, esta articulación es fundamental para fortalecer la integración entre los diversos agentes.

La existencia de una integralidad indica la importancia de unificar los aspectos tecnológicos con el conocimiento local. Por tanto, es preponderante mejorar la tecnología de gestión, información, formulación de proyectos, evaluación del impacto y sistematización de las experiencias, para así adaptarse a la cultura y a las necesidades de la población participante. Así, la innovación social puede desarrollarse de diversas formas, tal y como se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1

Tipos de innovación social

TipoDefinición
OrganizativaInstituciones que aglutinan a voluntarios de naturaleza profesional y sistemas de intercambio alternativo al mercado. Implican la vinculación de profesionales y cooperación internacional, así como sistemas de trueque estandarizado.
FinancieraPequeños créditos con política de género y poca burocracia, es el caso de los microcréditos.
ComercialActividad comercial con límites de abusos de intermediarios y beneficiando a los productores de origen, comercio justo.
MedioambientalInserción laboral y preservación del medioambiente, procesos de reciclaje; incluye también la explotación de recursos endógenos y de desarrollo local
MetodológicaColaboración público-privada para la actuación local; implica la elaboración de presupuestos participativos

Nota: elaboración propia con información de Vega (2017)

Y sin importar el tipo de innovación social, los ámbitos donde puede desarrollarse son sumamente amplios, tal es el caso de la gobernanza y participación, la gestión de políticas públicas, la educación, la cultura, la sostenibilidad, la movilidad, la vivienda y urbanismo, la economía social, el emprendimiento social, la igualdad de género, la inmigración y el envejecimiento, entre otros.

Innovación social en el gobierno municipal

Uno de los ámbitos más representativos de la innovación social es el sector público o en el gobierno, ya que la innovación está asociada con la modernización del Estado y con procesos de generar innovación en las instituciones públicas y en los programas de intervención social, con el objetivo de mejorar su efectividad, eficiencia, cobertura e impacto. La razón es que, la mejora en el sector público involucra una serie de elementos. El primero, la innovación tecnológica a través de la adopción y el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación, la adopción de plataformas tecnológicas que favorezcan a los Gobiernos en Línea o la adopción de nuevas tecnologías de apoyo a programas de intervención.

El segundo elemento es la innovación en estructuras administrativas o de gobierno que involucran estrategias de interactuar con la comunidad y los ciudadanos o procesos para dirigir la toma de decisiones. El tercer elemento es la innovación en gestión de conocimiento en programas gubernamentales, como es el caso del manejo de la información y los datos, la creación de sistemas de información para apoyar la toma de decisiones, sistemas de monitoreo y de evaluación de programas gubernamentales y el fortalecimiento de procesos de aprendizaje a partir de los que funciona bien o mal en la implementación de las políticas públicas.

Para desarrollar la innovación social en el ámbito gubernamental, en ARH Consultores brindamos a los municipios un Blindaje Gubernamental, el cual integra las últimas investigaciones y literatura existente para innovar e ir conforme a las tendencias que exige la sociedad democrática. Por esta razón, en nuestra concepción de innovación social integramos metodologías de participación ciudadana que van de acuerdo a los lineamientos de organismos internacionales.