Por: Ángela Colmenares

Una de las principales preocupaciones del gobierno mexicano es el tema de la inseguridad, del cual desafortunadamente todos los días escuchamos o leemos sucesos relacionados con esta.

Ante esta crisis de violencia e inseguridad que se vive en el país, se han tomado diversas medidas para hacerle frente, ya sea con mecanismos, estrategias o planes. Incluso hace algunos años vimos la incorporación de la Guardia Nacional a la Seguridad Nacional, la cual surgió como una institución policial cuyos objetivos consistirían en realizar tareas de prevención e investigación de delitos, así como mantenerse en cercanía con la ciudadanía, es decir, su naturaleza es la de una guardia civil. A pesar de los fines con los que nació, la Guardia Nacional ha recibido constantemente críticas y su eficacia ha sido cuestionable. Sin embargo, uno de los objetivos de esta figura fue hacer frente a la actual situación del país mientras hacía posible el fortalecimiento de la policía.

La policía en México, como en muchos otros lugares, es la encargada de procurar el orden y velar por la seguridad de los ciudadanos. A pesar de que ha sido objeto de críticas y falto de aprobación en su eficacia por la población desde hace mucho tiempo debido al desgaste que ha atravesado con el paso del tiempo, su papel es fundamental para el bienestar de la sociedad.

En el país contamos con un esquema oficial que divide a la policía en federal, estatal y municipal. La primera tiene a cargo la tarea de atender y prevenir delitos que atenten contra el país. Algunos ejemplos son el terrorismo, narcotráfico, contrabando, ataques a las vías de comunicación, al patrimonio nacional y a instalaciones estratégicas. En cuanto a la policía estatal ésta es diferente a la Federal. La policía estatal es la fuerza policial preventiva y uniformada cuyas tareas son llevadas a cabo dentro de la jurisdicción estatal a la que pertenece, es decir, cada Estado cuenta con su propia policía estatal.

La policía municipal, por su parte, deberá salvaguardar los derechos y la integridad de las personas, manteniendo el orden y previniendo la comisión de delitos y faltas administrativas que se encuentren en el bando de policía y buen gobierno con el que cada municipio cuenta. 

En los tres órdenes de gobierno está claro que la misión principal de esta figura es velar por la seguridad de los ciudadanos, prevenir y perseguir los delitos, para así mantener el orden y procurar la paz en sus respectivas áreas.

El tema es extenso y podría llevarnos bastante ahondar en este; sin embargo, en esta ocasión lo delimitaremos sobre la policía municipal y la importancia de su profesionalización para que sea exitoso su rol en la seguridad. 

Como mencionamos en líneas anteriores, la policía ha presentado una pérdida de confianza por parte de la ciudadanía; sin embargo, hay que saber cuáles son las funciones de esta antes de juzgarla de lleno por su desempeño.

La policía municipal ha atravesado circunstancias de gran importancia, como en el año 2010, durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón, donde se propuso su eliminación o su incorporación a la policía estatal para dar paso a la creación de una policía única para el país, debido a que su labor era incapaz de contener el aumento de la criminalidad. Pero es preciso saber que las funciones de la policía municipal están diseñadas desde la autonomía de cada municipio y distan un poco de aquellas que tiene la policía estatal.

A diferencia de las policías estatales (que tienen funciones más claras de prevención y reacción), las municipales responden a necesidades tan diversas como riñas entre vecinos, violencia intrafamiliar, etc., y en realidad, en muchos Estados, sus funciones principales son a) atender delitos menores y de orden común, no graves y de bajo impacto social, b) mantener el orden y la paz públicos, c) atender las conductas antisociales, d) hacer cumplir las ordenanzas y e) aplicar infracciones administrativas.

Es claro que ante este tipo de situaciones frecuentes en los lugares donde habitamos, el primer contacto de la población es la policía municipal, y como el primer contacto, deben contar con los conocimientos, métodos y la sensibilidad de cómo actuar y hacer frente a estos retos.

La policía municipal tiene la flexibilidad de adaptarse a las necesidades puntuales que cada área requiere, porque como en artículos anteriores hemos mencionado reiteradamente, cada municipio cuenta con necesidades distintas, porque se encuentran en contextos distintos. 

Al final del día, todos y todas aquellas que forman parte del cuerpo de policías están obligados a salvaguardar a los ciudadanos, promover y respetar los derechos humanos, construir la paz y erradicar la corrupción, Por ello, es primordial el saneamiento, capacitación y profesionalización para fortalecerlos y hacer de su desempeño un éxito.

El enfoque primordial de la policía municipal es mantener el orden, resolver problemas cotidianos y no hacer uso de la fuerza de manera desmedida, a reserva de que en algunos casos sea necesario. De poco servirá que el país incremente instituciones o medidas para hacer frente a los retos que México atraviesa en el tema de seguridad si no se hace énfasis en los policías de primera aproximación.

México cuenta con los recursos necesarios para lograr este fin de los entes policiales, ya sea con distintas herramientas, (como aumento presupuestal para cursos eficaces de formación y capacitación de sus integrantes, entrenamiento, modernización de su equipo, salarios dignos, programas de rendición de cuentas, evaluaciones, entre otros). Todo lo que sea necesario para frenar la brecha que existe hoy en día de los ciudadanos con esta figura, la cual no representa en su mayoría una imagen de seguridad y a la cual muchas personas prefieren no recurrir, por creer que estas mismas participan, apoyan y protegen actividades delictivas, algo que lamentablemente sí ha sucedido.

Lo mejor de enfocarse a fortalecer y profesionalizar a los entes policiales es que puedan realizar sus funciones en óptimas condiciones y otorgar respuestas adecuadas para que en los municipios disminuya la ola de inseguridad que se enfrenta al día de hoy y así brindar estabilidad social que permitan consolidar la confianza de la población y como consecuencia alcanzar el bienestar y la paz social.